Veo a mi mano derecha, en busca en una muñeca con un
recuerdo que la cubra, pero solo hay desnudez y olvido
Y como sin buscarla, como por coincidencia, encontramos o
mejor nos encuentra, ella, la misteriosa, la toxica, la penetrante música del
alma. (…)
Y como ficha de rompecabezas, como engranaje perfecto encaja
al espacio, al lugar, al vacío que teníamos. Logrando llenar ese vacío,
construyendo paz, lujuria y fantasía.
No sé si lo que veo es arriba, o es abajo, no reconozco
cielo de tierra, solo veo movimiento, es lo que mis ojos captan mientras el
agua se tambalea de un lado a otro, como siguiendo mi movimiento, aunque ese
movimiento no es mío.
Veo formas que no reconozco, después de unos pocos minutos
todo empieza a tomar mayor sentido, parece comportarse de nuevo a lo que yo
comprendo y entiendo como realidad.
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