Fue lo último que escuche, un estruendo.
Estos eran los últimos minutos o segundos de mi vida, ahí tendida en el piso me encontraba, mientras la sangre aun caliente se iba desplazando por el árido suelo, con mi cabeza postrada de perfil dándole a mis ojos su ultima y detallada observación, viendo así como este liquido rojo iba arrasando lentamente todo a su paso, como un mar carmesí tapando las diminutas partículas que ahora desde la perspectiva que me encontraba, iba ocultando como sombra a las pequeñas hojas y piedras, mientras los dos ladrones se alejaban de mi inmóvil cuerpo.
¿Cuales serian mis últimos pensamientos?, ¿así se siente morir? , quizás hasta la más estúpida pregunta cómo ¿hay vida después de la muerte?, ya no era tan estúpida, ahora cobraba mucho sentido. Cada segundo ahora era importante, estos eran los últimos respiros que tendría, las ultimas lagrimas que derramaría en silencio, quizás el momento más importante de mi vida era esté, justo antes de morir.
Deseando congelar este instante para quizás ser inmortal por siempre, dándome la oportunidad de comprender más la vida, de apreciarla en su definitivo y real contexto, pero no podía fantasear con congelar nada, pues el tibio caudal que afloraba de cabeza, ya no era tibio, mi cuerpo ahora solo sentía frio, ¡eso era lo único que se estaba congelando!, el sonido se había perdido, no sabía si respiraba o no, pero quería mantener los ojos abiertos.(quizás por eso en las películas la gente muere con los ojos así, anhelando ver lo último de este mundo.)
¿Que estarían haciendo papá y mamá?, hoy había peleado con mi hermana por una situación absurda, como todos los días una pelea tonta, ¿Qué estaría haciendo ella? ¿Sabría que yo realmente la amaba?, ¿lo sabrían mis padres?, y ¿mis amigos?, que pensarían todos aquellos que me conocieron, ¿abre sido una buena persona?, tantas preguntas sin responder. Solo me quedaba eso, preguntarme todo lo que más pudiera, quizás así me seguiría aferrando a la vida un poco más. Cuando ya todo acabara, entendería realmente que sigue después de un momento así, ya no abría más preguntas supongo, o por el contrario todas serian respondidas por ese concepto conocido de Dios.
Así que cada parpadeo me sumía más en el miedo que fuera el último, las preguntas continuaban, pasaba de las oscuridad absoluta en cada parpadeo al tenue color frente a mis ojos, “un último abrir y cerrar de ojos”, me dije.
Me encontraba en un lugar oscuro, solo detallada siluetas que poco a poco iba reconociendo, por supuesto mi cuerpo entre la oscuridad fue lo primero que reconocí, eran las 3 de la mañana, el ventilador sonaba, la comodidad de mis sabanas y mi pijama me dieron a entender la realidad.
Entendí lo que había pasado aunque ya nunca las cosas serian igual para mí, como escuche en alguna parte por el solo hecho que hubiera ocurrido en mi cabeza no significaba que no fuera real.
