Estando en mi cama, a pocos centímetros
de la puerta de mi cuarto, se comenzó todo a mover, ya era de noche, las luces
y el estrepitoso movimiento de todo el apartamento era algo atemorizante,
mientras trataba de ponerme en pie entre ese vaivén de las paredes y el piso
debajo de mi, mientras me dirigía a correr por mis papas quienes estaban en la
sala gritando que estaba temblando y mi hermano salía de su cuarto, yo apenas
lograba salir del mío y fue en ese preciso momento que escuche como cuando se
rompe la berrera del sonido, tal cual, y fui absorbido por un agujero a otra dimensión,
abriéndose justa detrás mío, donde se encontraba el closet que estaba al final del pasillo.
Recuerdo estar cayendo por
unos pocos segundos y caer en un lugar en el que había una luz blanca que solo daba la impresión del tono blanco y negro, recuerdo caer exactamente
sobre un liquido que lucia como agua y en medio de lo que apenas pudiera
reconocer como ese destello blanco, un agua negra que por cierto si no hubiera estado ahí
la historia quizás seria otra, de repente lo que estaba abajo se volvió arriba
y lo de arriba abajo, es decir arriba se hizo abajo y abajo se hizo arriba,
como volteando un reloj de arena, es decir que el liquido negro y yo fuimos
para arriba y volvimos a caer sobre un piso estable, solo que esta vez el
liquido no me daba al cuello y yo no tenia que nadar, solo me daba a la altura
de las rodillas y de nuevo solo podía reconocer las siluetas de mi sombra y el
liquido negro, no me atrevía a hablar, no había sonido en todo la inmensidad
blanca que rodeaba todo y todo lo oscuro del liquido negro debajo de mis pies,
no sentía mi respiración pero sabia que estaba vivo, el silencio era tan grande
que por un momento llegue a pensar que no existía el sonido como tal, así que
di un paso y el agua tuvo sonido, era mis pies arrastrándose, moviéndose entre
lo que ahora eran las ondas, aun así, decidí quedarme quieto, no quería
averiguar si quizás al caminar el agua seria más profunda, y tampoco había a
donde ir, todo era demasiado blanco arriba y demasiado negro abajo, no había
nada a mi alrededor más que yo y ese lugar, así que dije “y entonces Dios creo
el cielo y la tierra” y lo que fue blanco tomo un color azul justo debajo de mis
pies se volvió tierra, separando a lo lejos el agua que continuaba siendo
negra, ahora existía el cielo, la tierra, ya sabia cual era mi tarea allí, solo
que no sabia como comenzar, ni que estaría por venir, cada idea mía tendría un repercusión
en esta realidad, es decir, que mis palabras ahora tenían el poder de crear.
Lo que me llevaría entonces a
pensar como empezar, pero también a comenzar de cero, a pensar como llegue allí,
a preguntarme si eso realmente era la realidad o seria producto de un sueño,
diez mil preguntas. Aparentemente tenia todo el tiempo del mundo quizás para
responderlas por mi mismo, había llegado la hora de un nuevo comenzar.