No le debes nada a nadie, solo te debes a ti mismo el darte
la oportunidad de ser libre, creértelo, romper las ataduras con las que te crían,
la cultura, la familia, la sociedad, cadenas sutiles mentales que no te
permiten caminar hacia donde deseas con total desprendimiento, la capacidad de
volar es una propiedad que solo pocos verdaderamente logran, porque incluso hay
ciegos que creen ver, y se repiten a si mismos que sus alas son verdaderas
cuando su lengua bífida demuestra lo contrario.
Sin importar esta reunión de animales, sin importar que
todos sean de la misma selva, no es posible ni necesario usar una máscara, la
libertad debe nacer de una verdadera reflexión, de una mirada que atraviese el
sol mismo y de reflejo recibas la luz divida de alcanzar una sonrisa sin hipocresías.