El
silencio de la prisión
No me enseñaron a amar de
pocos, de hecho tampoco quise ni quisiera aprenderlo, cuando alguien o algo me
gusta, me gusta con el fuego de toda mi vida, de todo mi ser, hoy escribo esto
como muestra de lo que tenía que decirte, tenía que explotar este sentimiento
en algún momento, no te asustes, no te amo, ni siquiera te conozco, pero hay una
realidad verídica y es que la posibilidad que veo en ti es maravillosa, la
posibilidad en ti es infinita y con ello quiero simplemente decir que cuando se
inventaron los frenos debieron haber pensado en ponerles uno a los soñadores
enamorados como yo, cuando te crearon a ti, debieron poner avisos de
advertencia para no verte más de 3 segundos para evitar ser hipnotizado por tu
arroyante belleza, y es que como no entrar al borde del colapso con solo ver tu
sonrisa, tan refrescante como un respiro, que sonrisa tan encantadora, que
blanco mundo de pureza refleja la orilla de tu mar sonriente, solo quisiera
perderme en tus ojos, perderme en tu mirada, ser prisionero de tu mirada y que
me sigas a todas partes, tomar de tu mano que hoy tan lejana es, y simplemente
caminar, sentir que floto, hoy solo eres una ilusión lejana, una fantasía de un
algo que quizás no llegara, pero debo decirlo, debo aceptarlo eres increíblemente
hermosa.
¿Cómo puedo llamar tu atención?,¿debo
gritar?,¿ que clase de travesía debo hacer?,¿ que debería de hacer?, solo puedo
confiar en que quizás un cordón rojo atado
a mi mano me lleve hasta ti, y te traiga ese mismo cordón a mí, quizás
de esa manera pudiera escucharte, pudiera conocerte, y pudiera corroborar que
tus ojos son el alma que quiero ver, que quiero acompañar y que quiero
proteger. Quizás si tu logras ver la luz
y la oscuridad que llevo dentro como humano y en ello ves un tesoro, y me
pudieras ver lo blanco y lo negro que hay en ti y allí yo encontrara también un
tesoro, sería una verdadera aventura lo que pudiera aparecer.
Todo lo que necesita un
artesano es materia prima para crear sus esculturas, un carpintero madera, un
jardinero tierra y plantas, el sol y el universo a su alrededor para ver crecer
los frutos de su cosecha, lo que necesita un poeta es una sonrisa como la tuya
para darle vida a la realidad, una mirada como la tuya es suficiente para
matar o dar vida a quien se atreviera a
pasar frente a ti, como escopetazo
directo en la cara, sin previo aviso, impactante y contundente, la hermosura
echa mujer, esa eres tú.
Hoy en día los poetas
estamos en vía de extinción, la palabra es la prostituta de políticos,
religiosos y más de un blasfemo de la palabra misma, yo simplemente quisiera
que como en tiempos remotos el cortejo no fuera un motivo para salir corriendo,
pero hoy en día, todo representa un riesgo, aunque sea con las mejores intenciones.
Por ahora, yo simplemente
guardare silencio y esperare.
De nuevo esclavo de un sentir
que espero no sea pasajero, que es cautivante y único.