Antes que el camino a seguir siga su natural trayecto de palabras escondidas, temo perder el "ahora", olvidar el dulce sabor familiar, el sonar de tonos coloquiales, los de siempre, los de toda la vida, los que nuestra impronta genera
Atesorar al máximo el "ahora" pues la felicidad no es eterna pero son tesoros y resguardos de salvación cada recuerdo, pero no pueden tampoco a futuro ser un fruto de grisea perdición, así que solo queda ver el bello ámbar con curvas posado sobre la mesa, el entorno familiar, el ambiente de campo, la belleza de la efímera y contundente niñez que se va poco a poco pero para fortuna del locutor siempre ha sido quien es y ese siempre será.
gracias creador por la vida por tu compañía, por la familia por tu bella dulzura y gracias Creador por todo en su totalidad ...
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