Juntos aquí yo y mi silencio…
(Primero yo…)
Porque ese silencio en mi es diferente al de los demás, diferente al silencio del mundo entero, ni mejor ni peor, solo diferente y me agrada.
Prefiero no hablar cuando me lo piden, pues las palabras se hacen vacías y pierden su verdadero sabor, se hacen flacas, lánguidas, pierden en si, su esencia, prefiero hablar cuando la situación lo amerita, cuando el rompecabezas de letras, frases y palabras toman camino juntitas, cual ejercito organizado de hormigas y se forma de verdad un sonido agradable y llenador para el interlocutor y receptor, incluso para que el aire se lleve una buena impresión, si las palabras se las lleva el aire, que se lleve algo más que palabras vacías y homenajes de falsos mesías.
Las palabras no nos pertenecen, no podemos permitirnos hacer de ellas una rameras, y limpiarnos los dientes de espejismos, ellas están ahí para ignorar el verdadero lenguaje que esperemos algún día lleguemos a utilizar, el lenguaje que nuestros antepasados utilizaban y que incluso en nuestros días no hemos logrado presenciar, pero que ahí está.
Si abrimos la boca que sea para algo más que…
(Silencio)
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