Cuantas veces me han preguntado si me aprovecho de la inspiración,
la verdad es que algunas veces me he acostado con ella y le he robado más de un
verso, pero muchas otras veces soy yo quien la busco a ella y trato d
deslizarme entre sus sabanas para poder en un gemido de placer escurrir otras
cuantas letras y sufragar otras dobladas en mi billetera.
Ahora lo único que puedo recordar con ese piano lejano es la
nostalgia que alguna vez tuve, de la que tanto renegué, esa nostalgia que me partía
la existencia y me quebrantaba la vida, una nostalgia que fue origen y fin,
ahora después de haber pasado por ella
debo aceptar que la extraño, ¡nostalgia te extraño!, extraño tu frio que
hoy parece tan cálido, como lográbamos juntos rasgar unas cuantas cuerdas y
simular que sabíamos leer partituras mientras las canciones solas se vendían como
pan recién hecho, aunque te extrañe con todo mi ser, y aunque bajar al
infierno, vivir en el haya sido una rutina caótica, no quiero volver a saber de
ti, solo quiero aprovecharte para escribir te a lo lejano, y como esbozo
antiguos y jeroglíficos de un remanente , te quiero distante con la posibilidad
inocua de olfatearte y recordarte de manera redundante, sin entrar en
infidelidades filosóficas quiero simplemente recordarte nostalgia de nostálgica
manera, con la posibilidad de ahondar en mil revoluciones redundantes que yo
mismo me permito, entrar al infierno en bungee jumping, con el peligro que la
cuerda se rompa y de nuevo tenga que caminar hasta donde estoy hoy, que no
estoy del todo seguro donde estoy , aunque no tiene mucha importancia saberlo,
al menos no por ahora, la brisa es aceptable, el sonido del mar es relajante y
los amaneceres son espectaculares, las lluvias y la humedad de lado y lado de
la calle es aceptable y el pavimento húmedo y su aroma también resultan
revitalizantes, así que nostalgia he venido a saludarte para decir de nuevo adiós.
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