Dos locos en el manicomio se sientan junto el uno del otro todos
los días, sin hablarse nunca, solo se sientan junto uno cerca del otro,
sin mirarse, sin determinarse.
Mientras
los psicólogos y los psiquiatras observan.
Una tarde
de tantas uno de los dos le dice al otro, "hola".
Desde ese
momento el otro nunca volvió a compartir espacio junto a quien lo
saludo
Ya no tenía
sentido compartir la vida junto a algo que la dejaba escapar en cada aliento en
su intento de hablar.
"El habla solo es un invento para evadir la verdadera
oportunidad de compartir" eso dijo desde el fondo de su corazón, no
se iba permitir que un cristal de vida se esparciera en un aliento perdido,
ya existía suficiente aire en el mundo como para dejarlo escapar de
entre sus pulmones en simples palabras envueltas en sonido y
conceptos estáticos.
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