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Alquimista:

Un refugio para los pensamientos
Quizás pueda ser tu refugio o el refugio de muchos
...Quizás no…
Pero me gusta mostrarlo... espero no ser imprudente, prepotente o impertinente...
este un espacio en donde se deja correr la imaginación
donde se puede perder en fantasías "sin razón"
donde lo abstracto toma forma
donde el refugio es la perfección de lo intangible
ahora a la mano…
ahora a la voz y al pensamiento.

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sábado, 8 de febrero de 2014

Tres Historias Cortas


Numero uno cuando te pienso, y resultas tan increíblemente lejana de mi, el nerviosismo que recorre todo mi cuerpo, la energía que pareciera embobarme, confundirme con tal facilidad de olvidar que necesito respirar para poder seguirte pensando, pero el solo hecho de tu existencia resulta algo excesivamente compleja para los típicos ojos de este mortal que se ha atrevido a ver a tan majestuoso ser, tu sola existencia representa un milagro mas allá de caminar sobre el agua, es la vida misma caminando sobre la vida, es tu figura encantadora embrujando a quien se atreva a mirarte, es tu movimiento sin igual que logra a todos suspirar, yo seguiré mordiéndome el alma, comiéndome el corazón, pues tu estas al otro lado del río, tan sola, tan feliz, tan imposiblemente irreal, como un fantasma, como el aire, como la luz, no tengo manera de comprobar por mis burdos medios que eres real, pero de la misma manera son mis sentidos y ese algo, que me impulsa a seguirte buscando, a seguirte mirando, allí desde aquella montaña, allá en el horizonte de puedo ver, puedo verte con los mismos ojos que el quijote de la mancha lograba ver a su dulcinea, y tan seguro como él, puedo decir que tu eres real, tu voz es real, que tus labios son reales, que toda tu magnificente y gloriosa existencia es real, para seguir soñando que algún día encontrare la manera de cruzar el río y dar contigo, una vez cruzado esté , solo será cuestión de fe para que me brindes tu mano y yo te regale mi vida entera.  

Numero dos, aquella ocasión en que me encontré entre tantos números, todos hablándose entre iguales, los unos con los unos, los cincos con los cincos, los nueves con los nueves, reunión cuadrada, reunión calculada, en medio de todo ese enredo de números, una de ellas se me acerco, lamentablemente yo no tenia designado un numero, en ese momento todos empezaron a cuestionarse entre si, ¿como era posible que ella me estuviera hablando?, como era posible que ella se acercara a este sujeto, todos insistían en seguir mirando fijamente, por un momento me sentí tan presionado que preferí hacerme a su lado izquierdo para darles la espalda y en definitiva logre sentir como si ya no les importara, pero de nuevo al tomar de su mano izquierda, todos empezaron de nuevo a mirarme, a mi realmente no me importo lo mucho que nos miraron o lo mucho que hablaron, solo éramos ella y yo, un diez perfecto, solo era cuestión de estar en el lado correcto.
Desde ese día desistí de reuniones con frutas y las letras, estar cambiando de forma es doloroso, más cuando ya se tiene la felicidad al lado.

Tres fueron las puñaladas que le tuve que infringir en su cuerpo, realmente no era mi intención, todo sucedió tan rápido que ni siquiera comprendí que había acabado de suceder.
Viernes 17 de mayo, me encontraba viendo televisión en mi aparta estudio, no era uno de esos días que quisiera realmente salir con mis amigos, suena el celular un par de veces, hasta que decido ver que es lo que pasa, en mi afán por contestar riego un poco de gaseosa sobre uno de los planos que acababa de terminar, y parte de la maqueta se vio también afectada, por un momento pensé que se me acababa el mundo, pero era mi jefe diciendo que la reunión se había aplazado para el próximo fin de semana. Fue cuando entonces decidí coger mis llaves y montarme en la moto,  un rápido momento para estar listo y salir, justo antes de encender la moto suena de nuevo el celular, sin ni siquiera saber a donde me dirigía, antes de partir, ya tenia la oportunidad de escoger mi destino, de una manera mejor definida.
Siempre he odiado el frío de esta ciudad, pero hoy al menos no dormiré solo, “fue lo que pensé después de colgar la llamada”.
Fueron aproximadamente 30 minutos de viaje, eran casi las 10 de la noche, cuando llegue a su casa, estaba acompañada por algunos conocidos, entre ellos estaba quien dentro de unas pocas horas seria victima de su propio juego,
La noche comenzó como de costumbre con algo de música suave, había bastante gente en esa casa, unas cuantas copas, unos cuantos bocadillos, entre el baile y tanta algarabía decidí escaparme con ella a su cama, mientras nos refundíamos entre las sabanas y la lejanía de la fiestas, también se fue refundiendo el tiempo, ya pasadas algunas horas, vi mi reloj y ya eran las 4 y 40 de la mañana, ya no se oía nada en la sala,  no había un alma, o al menos eso creí, ella dormía placidamente en la cama, y yo fui por algo de agua, para después acostarme a dormir, fui a la cocina, abrí la nevera esperando encontrar como siempre quizás algo para comer, pero en ultimas me serví solo un vaso con agua fría, en la sala se escucho una botella rodar, al ver rápidamente la puerta aun seguía abierta, entre los muebles y el comedor se movía una sombra, supuse que seria alguno de los invitados que se había quedado dormido o que quizás se había pasado de tragos, pero resulto ser un tipo de contextura ancha, con pelo corto, cejas pobladas, una nariz algo grotesca, me miraba furibundo, se abalanzo sobre mi con la intención de golpearme, mientras me insultaba diciendo que porque se la había quietado, entre mi desconcierto solo logre esquivarlo, y recordar que su cara ya me era familiar desde el inicio de la reunión, él era aquel retraído en el rincón lejano de la fiesta, aquel sujeto que ella invitaba a sus reuniones pero con el que nunca había pasado nada, un amigo,  sabría ella acaso que el sentía este gusto y este aparentemente enamoramiento por ella?, trate de calmar el asunto, pero esta vez aprovechando el lugar, tomo un cuchillo de que estaba junto al fregadero, en medio del forcejeo, logro cortarme una mano, le quite el cuchillo, y le di un golpe en el rostro, lo extraño fue lo que él, hizo a continuación, tomo el cuchillo y se dio tres puñaladas a si mismo, mientras mis manos sujetaban esta arma, mientras se daba la que fuera la ultima de ellas, me decía, “ si no es mía, mucho menos va a ser tuya, porque te vas a ir para la cárcel toda la vida y aunque yo ahora me vaya para el cementerio”.


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